Las cleantech abordan una amplia gama de problemas ambientales y sociales, incluyendo:
Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero:
Las cleantech buscan mitigar las emisiones de gases que contribuyen al cambio climático, como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), promoviendo el uso de fuentes de energía renovable y tecnologías más eficientes.
Contaminación del aire y del agua:
Estas tecnologías ayudan a reducir la contaminación atmosférica y acuática, mediante el desarrollo de sistemas de filtrado de gases y líquidos, así como tecnologías de tratamiento de aguas residuales y residuos sólidos.
Escasez de recursos naturales:
Las cleantech fomentan el uso eficiente de los recursos naturales, como el agua, la energía y los materiales, mediante la implementación de prácticas de producción y consumo sostenibles, así como el desarrollo de tecnologías de reciclaje y reutilización.
Degradación del medio ambiente:
Contribuyen a la protección y conservación de los ecosistemas naturales, mediante la implementación de prácticas de gestión ambiental y la restauración de áreas degradadas, como la reforestación y la conservación de la biodiversidad.
Dependencia de combustibles fósiles:
Las cleantech buscan reducir la dependencia de los combustibles fósiles, promoviendo el uso de energías renovables, como la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica, así como el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía.
En resumen, las cleantech ofrecen soluciones innovadoras para abordar los principales problemas ambientales y sociales, contribuyendo a un desarrollo más sostenible y resiliente.
