Equipo Promotor

EQUIPO PROMOTOR

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El equipo promotor es el grupo de personas encargado de iniciar la empresa o proyecto empresarial. Este equipo se encarga de llevar a cabo las acciones necesarias para crear y lanzar el negocio al mercado.

Hay socios que están en el cape table de la empresa  pero que no son parte del equipo promotor

En una empresa pueden existir diferentes tipos de socios con distintos roles y responsabilidades. El equipo promotor se refiere a aquellas personas que lideran y tienen un papel clave en la creación y desarrollo de la empresa, quienes suelen tener una mayor participación en la toma de decisiones estratégicas y operativas. En cambio, los socios del cape table pueden ser aquellos que han invertido capital en la empresa o que han adquirido participaciones de la misma a través de algún tipo de acuerdo. 

El equipo promotor de una nueva empresa puede estar compuesto por uno o varios socios, dependiendo de la estructura legal y de la naturaleza del negocio. Los socios del equipo promotor suelen ser los fundadores de la empresa y se encargan de su dirección y gestión.

Entre las funciones del equipo promotor de una nueva empresa se pueden incluir:

  1. Identificación de oportunidades de negocio y análisis del mercado.
  2. Desarrollo de la estrategia empresarial y del plan de negocio.
  3. Búsqueda de financiación y gestión de la inversión inicial.
  4. Selección y contratación de personal.
  5. Establecimiento de alianzas y colaboraciones estratégicas.
  6. Supervisión y control de la actividad empresarial.
  7. Toma de decisiones clave y definición de la visión de la empresa.

Es importante que el equipo promotor tenga un alto nivel de compromiso y una visión compartida del proyecto empresarial, para poder trabajar de manera coordinada y eficiente en la creación y consolidación de la empresa. También es fundamental que cuenten con una formación y experiencia adecuada en áreas como la gestión empresarial, el marketing, las finanzas, la tecnología, entre otras, para poder liderar con éxito el proyecto.

En definitiva, el equipo promotor es una parte fundamental de la creación de una nueva empresa, ya que son los responsables de dar vida al proyecto y llevarlo a cabo, asumiendo riesgos y decisiones importantes para lograr el éxito empresarial.

Equipo promotor no adecuado es una de las causas de fracaso de muchas empresas

Es cierto que un equipo promotor no adecuado puede ser una de las causas del fracaso de muchas empresas, especialmente en el caso de las startups. El éxito de una empresa depende en gran medida de las personas que la integran, especialmente en sus etapas iniciales, donde el equipo promotor tiene un papel crucial en la toma de decisiones y en la creación de la cultura empresarial.

Un equipo promotor no adecuado puede tener varios problemas, como la falta de habilidades complementarias, la falta de experiencia, la falta de compromiso o la falta de liderazgo. Estos problemas pueden afectar a la toma de decisiones, la implementación de estrategias y la capacidad de adaptación al entorno cambiante. Por otro lado, un equipo promotor adecuado puede aportar habilidades complementarias, una visión clara, una cultura empresarial sólida y una fuerte motivación, lo que puede aumentar las posibilidades de éxito de la empresa.

Es por eso que la selección cuidadosa del equipo promotor es fundamental para cualquier empresa, especialmente en el caso de las startups. Es importante buscar personas con habilidades complementarias, experiencia en el sector o en áreas clave, una actitud positiva y comprometida, y una visión clara de lo que quieren lograr con la empresa.

También es importante tener en cuenta la cultura empresarial y la visión de la empresa al seleccionar al equipo promotor, ya que deben ser personas que compartan los mismos valores y objetivos para trabajar juntos de manera efectiva.

En resumen, un equipo promotor no adecuado puede ser una de las principales causas de fracaso de una empresa, mientras que un equipo promotor adecuado puede ser una de las principales claves del éxito empresarial. Por lo tanto, es esencial dedicar tiempo y recursos a seleccionar cuidadosamente al equipo promotor de una empresa.

¿Cómo seleccionar el equipo promotor adecuado?

Para seleccionar un equipo promotor adecuado para una nueva empresa, se pueden seguir los siguientes pasos:

  1. Definir los objetivos y metas de la empresa: Es importante tener claridad sobre lo que se quiere lograr con la empresa para poder seleccionar al equipo promotor adecuado que tenga las habilidades y experiencia necesarias para alcanzar dichos objetivos.
  2. Identificar las habilidades y competencias necesarias: Una vez que se han definido los objetivos y metas de la empresa, se debe identificar las habilidades y competencias que se necesitan en el equipo promotor para lograrlos. Por ejemplo, si se trata de una empresa de tecnología, es probable que se necesiten personas con habilidades en programación, diseño y marketing digital.
  3. Buscar candidatos: Una vez que se han definido las habilidades y competencias necesarias, se pueden buscar candidatos que las posean a través de diferentes canales como redes sociales, portales de empleo o referencias de personas cercanas.
  4. Evaluar a los candidatos: Una vez que se han identificado los candidatos, es importante evaluarlos para determinar si poseen las habilidades y competencias necesarias para formar parte del equipo promotor. Esto se puede hacer a través de entrevistas, pruebas técnicas y evaluaciones psicométricas.
  5. Seleccionar al equipo: Finalmente, se deben seleccionar a los candidatos que cumplan con los requisitos y formar el equipo promotor de la nueva empresa.

Es importante tener en cuenta que el equipo promotor debe tener una combinación de habilidades y competencias que permitan alcanzar los objetivos de la empresa, pero también debe existir una buena dinámica de trabajo y una visión compartida para asegurar el éxito del proyecto.

El equipo promotor debe de tener funciones complementarias y cubrir las parte comercial la técnica y la de gestión

El  equipo promotor de una nueva empresa debe tener una combinación de habilidades y conocimientos complementarios para cubrir las diferentes áreas de la empresa. Por ejemplo, es importante tener a alguien con habilidades comerciales para desarrollar y ejecutar estrategias de ventas y marketing, alguien con experiencia técnica para dirigir el desarrollo de productos o servicios, y alguien con habilidades de gestión para supervisar y coordinar las operaciones diarias de la empresa.

También es importante que el equipo promotor tenga una buena capacidad de trabajo en equipo y una comunicación abierta y clara para asegurar que las decisiones se tomen de manera efectiva y que la empresa pueda avanzar en la dirección correcta.

Los Business Angel invierten en equipos promotores, y esto es lo que valoran:

Toda oportunidad de negocio viable necesita un equipo que la haga factible, que transforme la viabilidad abstracta en una oportunidad concreta. De hecho, los inversores vemos muchos proyectos muy viables, pero poco factibles por el equipo que nos los presenta.

Primero por razones cuantitativas. Un equipo, por definición, no puede ser una sola persona, ni varias de un mismo corte profesional. Es necesario que esté formado por varias personas distintas y complementarias. Casi nunca se financia a una sola persona (el autoempleo no gusta a los inversores). De hecho, si llega una sola persona a pedir dinero ya sólo eso provoca desconfianza por parte del inversor, que tenderá a pensar que si el emprendedor no ha logrado convencer a nadie de que se sume a su proyecto, probablemente es porque no tendrá una idea tan atractiva y seductora, tan válida como él cree. Por tanto, el primer requisito exigible a un buen equipo es que lo sea, que esté formado por más de una persona, por varias personas y que sean diversas. No se puede afirmar que somos un equipo de fútbol y, para demostrarlo, que aparezcan once porteros. 

Un equipo tiene que ser equilibrado y complementario. Muchas veces los emprendedores aseguran que son un equipo, cuando en realidad son tres personas idénticas, con el mismo traje de ojo de perdiz y corbata chillona, que llegan después de haber estudiado todos el mismo MBA, o parecido, y haber trabajado todos cinco años en la misma consultora. Para esto no era necesario que vinieran los tres, con que hubiera venido uno… o con que hubiera venido él mismo tres veces.

En otras ocasiones, son tres técnicos emprendedores, tres desarrolladores emprendedores, todos con camisetas negras, uno de los cuales, que es evidentemente el líder, lleva impresa en la suya la V de Vendetta y la careta de Guy Fawkes. Esto no es un equipo: esto es una persona tres veces. La gracia y la eficacia están en la complementariedad. Lo natural es que todos hagamos las cosas con la gente que conocemos, porque, además de ser aquellos que tenemos más a mano, compartimos un lenguaje común y con ellos todo parece más fácil. En realidad, una persona que sea igual que otra no aporta nada.

Si lo que estamos organizando es un proyecto digital, es lógico que entre esas personas haya algún técnico, de igual forma que si estuviéramos montando un cuarteto de cuerda tendría que haber por lo menos alguno que tocase el violín. También, tiene que haber alguien que se encargue de vender el producto, aunque al principio lo lógico es que todos asuman esa función. Lo curioso es que aunque la presencia de técnicos y comerciales se asume sin discusiones, no ocurre igual con otra figura desde mi punto de vista igualmente imprescindible pero que no siempre forma parte del equipo inicial. 

A menudo se olvida que lo que se está poniendo en marcha es una empresa y que, por tanto, el equipo habrá de incluir a un empresario; es decir, alguien que sabe cómo es un balance y cómo se mueve por él un euro, que sabe contratar, despedir y motivar, que sabe qué es ir al banco de la esquina a pedir un aplazamiento de deuda, que sabe, en fin, llevar una empresa. Cuando falta la persona que va a llevar la gestión de la empresa, es como si se me presentara un ballet y no apareciese la bailarina.

El segundo requisito de un buen equipo es que cada uno de sus componentes esté suficientemente capacitado para hacer lo que tiene que hacer, para cumplir la función que le ha sido asignada. Eso no quiere decir que haya de tener mucha experiencia laboral previa, pero sí la capacidad de saber hacer lo que se le pide. También, es exigible, que alguien cuente con algún conocimiento y algún contacto previo del sector en cuestión. No todos han de conocer de antemano el negocio, de hecho a veces no es bueno que así sea, pero al menos tiene que haber uno que conozca los intríngulis del sector en que se va a mover la empresa.

¿Equipo o modelo de negocio? Lo primero que tiene que hacer un emprendedor que aspire al éxito es formar un equipo. Si quiere tener éxito tiene que contar con un modelo de negocio válido, viable y factible, y con un equipo sólido, competente, entusiasta y comprometido. Sin embargo, persiste la inacabable controversia de si es más importante el equipo o el modelo. Si se busca ganar una carrera; ¿Qué es más importante, el caballo o el jinete que lo monta? Por supuesto, hay opiniones para todos los gustos y no parece que el debate se vaya a agotar próximamente. Trayéndonos la discusión a este siglo, la pregunta se podría transformar en:

¿Qué es más importante en una carrera de Fórmula 1, el coche o el piloto? Cada uno pensará lo que quiera, pero quizás podríamos preguntarle a Fernando Alonso, que pese ser el mejor piloto del mundo lleva años arrastrándose por los circuitos. Para mí está claro: lo que importa es claramente el modelo. Si no, demos la vuelta al argumento y consideremos lo que les pasó hace unos años a los coches de Red Bull, unos prototipos que, con independencia de quien los pilotase, se pegaban increíblemente a la pista y llegaban siempre los primeros. Ésos son los modelos que busca un inversor: tan buenos que, a poco que los equipos que los ponen en práctica lo hagan medio bien, triunfan y cumplen objetivos. 

Como decía mi colega estadounidense Peter Lynch: «Elige un negocio que cualquier idiota pueda hacer, porque, tarde o temprano, es muy probable que cualquier idiota lo haga». La clave es el modelo porque un buen equipo te garantiza que la empresa va a ser viable, pero no que se vaya a lograr la rentabilidad que un inversor busca. Todo buen piloto acaba la carrera, pero sólo se suben al podio los que cuentan con un buen coche, que corre mucho y que no se rompe a las primeras de cambio. Aunque sólo sea por aquello que se suele decir en las regatas de que cuando el barco corre, se te pone cara de listo. Muchas veces de lo que se trata es de contar con un modelo de negocio tan sencillo y eficaz que, efectivamente, se te ponga cara de listo y parezcas un gran emprendedor.

Valga de ejemplo Privalia. En España seguramente hay otros emprendedores tan buenos como ellos, pero lo que no abundan tanto son modelos de negocio tan potentes y escalables como el suyo. Casos contrarios hay muchos, pues como avisa el sabio de Omaha, Warren Buffett: «Cuando un empresario con fama de brillante coquetea con un negocio con reputación de ser malo, que los equipos que los ponen en práctica lo hagan medio bien, triunfan y cumplen objetivos.

Los inversores solo quieren empresas con los equipos adecuados y completos. El equipo promotor es una variable fundamental a la hora de que un inversor decida invertir en un proyecto. Cada miembro del equipo, desde el fundador hasta el becario, tiene que mostrar un hambre de éxito.

Si se entiende el nuevo proyecto como un trabajo de nueve a cinco, seguramente, falle. Los inversores buscan esta cultura de ambición y compromiso en el momento de decidir a quién apoyar con su tiempo y dinero. Cada negocio se cruzará con obstáculos y desafíos al salir al mercado. Si un equipo está alineado, motivado y con “hambre”, casi todas las dificultades se pueden superar.

¡¡Con esta actitud el equipo es activo y eso lo saben muy bien los inversores!!

En el equipo existen unas cualidades que han de tener los promotores en general

  • Capacidad de asumir riesgos (+).
  • Adaptación a los cambios.
  • Capacidad de adoptar de decisiones.
  • Planificar y dirigir la empresa.

Perfiles del equipo promotor:

Frente a la importancia de definir bien los puestos de trabajo y las funciones que deben lleva, destacan cinco perfiles laborales claves para emprender una startup:

  • CEO. Consejero delegado o Director ejecutivo. Se trata del máximo responsable de la gestión y dirección administrativa de la empresa.
  • CFO. Director Financiero. Encargado de la planificación económica y financiera de la compañía. Es quien decide la inversión, la financiación y el riesgo con el objetivo de conseguir que aumente el valor de la empresa para sus propietarios.
  • CIO. Responsable de los sistemas de tecnologías de la información de la empresa a nivel de procesos y desde el punto de vista de la planificación.
  • CTO. Responsable técnico del desarrollo y el correcto funcionamiento de los sistemas de información desde el punto de vista de la ejecución.
  • COO. Director de Operaciones. Supervisa cómo está funcionando el sistema de creación y distribución de los productos de la empresa para asegurarse de que todos los sistemas funcionen bien.

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Ejemplo práctico de selección de equipo promotor para una nueva empresa

Una emprendedora llamada Ana quiere lanzar una empresa de servicios digitales y necesita conformar un equipo promotor para su proyecto.

Estos son los pasos que sigue para seleccionar al equipo adecuado:
  1. Definir el perfil del equipo: Ana define las características que debe tener el equipo promotor, tales como conocimientos técnicos, habilidades de liderazgo, experiencia en el mercado, capacidad de trabajar en equipo, entre otros.
  2. Buscar candidatos: Ana comienza a buscar posibles candidatos a través de sus contactos en la industria, redes sociales y sitios web de empleo.
  3. Evaluación de CV y entrevistas: Ana revisa los currículums vitae de los candidatos y selecciona a aquellos que cumplen con los requisitos del perfil. Luego, realiza entrevistas para conocer mejor a cada candidato y evaluar su experiencia y habilidades.
  4. Pruebas prácticas: Para evaluar la capacidad técnica de los candidatos, Ana les solicita realizar pruebas prácticas que se ajusten a las necesidades de su empresa.
  5. Selección final: Después de evaluar los currículums vitae, entrevistas y pruebas prácticas, Ana selecciona al equipo promotor que mejor se ajusta a las necesidades de su proyecto.
  6. Integración del equipo: Ana se asegura de que los miembros del equipo promotor estén integrados y trabajando juntos de manera efectiva. Esto incluye definir roles y responsabilidades, establecer objetivos y metas, y proporcionar capacitación y recursos para el equipo.

Al seguir estos pasos, Ana logra seleccionar un equipo promotor sólido que le ayuda a lanzar su empresa de servicios digitales con éxito.

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Jaime Cavero

Presidente de la Aceleradora mentorDay. Inversor en startups e impulsor de nuevas empresas a través de Dyrecto, DreaperB1 y mentorDay.
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  1. BOOT CAMP - Mentor Day WikiTips

    […] neutral y el tema a tratar o resolver se entrega con antelación para que cada participante o equipo promotor vaya preparando sus […]

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